(N. R.: Este capítulo ha sido adaptado
en su casi totalidad del módulo Ética y Deontología Profesional,
escrito por Ignacio Barbeito, profesor de Filosofía)
EN BÚSQUEDA DE UN LUGAR LEGÍTIMO
Desde este enfoque, la Organización
puede tomar conciencia que sin una política empresarial clara, en lo
que respecta a las expectativas de los distintos grupos, la
existencia de la Organización, se torna precaria. Para reforzarla y
mejorar su funcionamiento, la Organización necesita construir una
identidad o personalidad que incluyan relaciones internas y externas
(la Organización y su contexto).
La Organización se presentaría así,
como un espacio social o marco de socialización, en la que intente
darse sentido a las relaciones humanas que allí tienen lugar.
Lógicamente, que la Organización desea obtener beneficios
económicos, pero esto no es lo único a lo que debería aspirar.
También necesita persistir a lo largo del tiempo, afrontar vaivenes
económicos, y plasmar un reconocimiento como institución legítima,
en una sociedad que es su habitad natural. Para esto, no puede
enfatizar únicamente en el afán de lucro, sino en la satisfacción
de necesidades internas y externas de la Organización.
En consecuencia, las decisiones a
tomar, no solamente deben medirse a corto y largo plazo, sino también
el modo en que pueden repercutir sobre los diversos sectores
involucrados. Si los costos sociales fuesen mayores que los
beneficios obtenidos, nos encontraríamos ante el peligro de una
pérdida de legitimidad social.
ÉTICA Y MANAGEMENT
El ascenso de la Ética a la empresa,
pretende conciliar necesidades humanas y necesidades económicas.
Ya que, las Organizaciones existen
porque están conformadas por personas, es coherente defender un
conjunto de valores mínimos, que permita mejorar el accionar de las
distintas áreas que se coordinan diariamente al perseguir
determinados objetivos. La Ética, el conocimiento de cómo actuar
bien, posibilita elaborar criterios adecuados de convivencia y nos
dice por qué tomar una decisión determinada.
Pero, ¿puede la Organización ser una
comunidad que propone a sus miembros un mundo de sentido, unos
valores compartidos, un ideal común, en cuya realización no se vea
únicamente el éxito de la Organización, sino también el de cada
uno de sus integrantes?
Sin dudas que responder este
interrogante, implica desarrollar un nuevo modelo ético empresarial,
que no debería soñar con la perfección, sino más bien,
manifestarse a favor de una evolución.
Lógicamente, que la Ética puede ser
tomada por algunas empresas, como un cosmético útil para
comercializar sus productos; el uso así de la Ética, mostraría su
carácter marcadamente ambiguo y cínico. No obstante, una
Organización basada en la Ética y, consecuentemente, en el respeto
de ciertos valores, se torna indispensable para las empresas
interesadas en su futuro, así como las exigencias que la sociedad
está demandando. Constituye todo un nuevo modelo empresarial, que
quiebra el paradigma tradicional de la sistematización del trabajo.
Claro está, que la aceptación de la
Ética no es masiva y, ante la sola mención, algunos esbozarían una
sonrisa sardónica.
Veamos a continuación algunos de los
prejuicios, que están en base de tales actitudes:
PREJUICIO: "Negocios y Ética
resultan incompatibles".
ARGUMENTO: El medio económico tiene
sus propias reglas, a menudo agresivas, desconsideradas e inmorales.
PREJUICIO: "El objetivo de la
empresa es lograr ganancias al costo que sea".
ARGUMENTO: Cualquier medio está
justificado, todo vale.
PREJUICIO: "Lo único que la
empresa debe respetar es el marco jurídico social".
ARGUMENTO: La empresa solo se ocupa de
la rentabilidad. Cosas tales como la educación, la equidad y el
cooperativismo, le competen al Estado.
Desde ya que estos argumentos encierran
inconsistencias, porque sostenerlos sería impedir el acceso a una
sociedad mejor e inteligente.
VALORES EMPRESARIALES
¿Cuáles podrían ser los valores
mínimos de una Ética empresarial, que permita el cumplimiento de
los fines y sin el avasallamiento de los derechos individuales?
Los expertos coinciden en varios
puntos:
CONFIANZA:
Se trata de aportar seguridad en el
marco de una relación comercial o contractual fundada en la fe
mutua. Permite generar valor añadido, ya que los protagonistas
interlocutores pueden explorar soluciones alternativas e intercambiar
informaciones que requieren discreción.
RESPONSABILIDAD:
Implica asumir no solo las exigencias
personales como administrador, coordinador, empleado, sino también
las del grupo del cual se forma parte. A esto se suma la necesidad de
tomarse en cuenta las consecuencias de cada decisión.
COOPERACIÓN:
De la mano de la solidaridad, apunta a
poner en juego la creatividad personal y las propias capacidades. Se
visualiza en la aspiración conjunta a la calidad. El conjunto de
personas resulta beneficiado con las cualidades ofrecidas por cada
individuo.
PLURALIDAD:
Promover la libertad de comportamiento
y de opinión. Desterrar la discriminación por sexo, títulos
profesionales, aspectos físicos, etcétera.
INNOVACIÓN:
Capacidad para crear nuevas fuentes de
riqueza y de desarrollo personal y colectivo. Se requiere personas
que improvisen y respondan de manera flexible, creando ofertas que
los clientes no imaginan.
EDUCACIÓN PERMANENTE:
Cambiar mentalidades, modificar la
relación del individuo consigo mismo y con el equipo. Revolucionar
la idea comúnmente asociada con la ingestión de información útil:
este tipo de educación de entrega de reglas y conceptos abstracto, y
muchas veces de escasa utilidad. Debiéndose desarrollar habilidades
prácticas para actuar en situaciones concretas.
HONRADEZ:
Búsqueda de la imparcialidad de
conflictos; la Organización formula claramente sus fines, valores y
principios de acción para explicarlos luego a cada uno, aclarando
las decisiones que tomará según su Ética. No defraudar las
expectativas razonables, respecto de la confiabilidad de las
informaciones.
CONSENSO:
Constituye el fundamento de la
legitimidad. Su ruptura puede llevar a una regresión de los modelos
autoritarios.
INTEGRACIÓN O IDENTIFICACIÓN:
La inserción de los individuos o
equipos desarrolla un sentido de pertenencia frente a la
fragmentación social.
Esto valores señalan hacia la creación
de un nuevo "ethos", un nuevo estilo o estilo específico,
que permita evolucionar a la empresa y proyectarse hacia el futuro el
futuro. El futuro no es algo ya hecho, sino un espacio en que la
gente y las Organizaciones tienen la posibilidad de reinventarse.
Quien tome a todos como interlocutores válidos, y consecuentemente
escuche suscitando una redefinición de la entidad de los
participantes en la comunicación: por una parte, las
transformaciones que se realicen para satisfacer ciertas demandas,
arrastrarán a la empresa hacia un nuevo devenir; por otra parte, la
satisfacción de ciertas necesidades, abrirá todo un nuevo campo de
posibilidades.
La empresa estaría definiéndose y
redefiniéndose a partir un entorno significativo (clientes,
proveedores, competidores, etcétera). Asumirlo sería darse una
posibilidad de futuro. Y a esto, es decir, al reconocer en los otros
como interlocutores necesarios, es lo que se denomina estilo o
"ethos" dialógico. El que escucha (el directivo, la
empresa) actúa como aliado, intentando ver como sus habilidades y
experiencia de vida, le permitirán intervenir en los desafíos y
oportunidades que afronta el escuchado. La posibilidad de nuevas
identidades es la oferta del futuro.
SÍNTESIS
En esta orientación, la Organización
puede involucrar sectores sociales y a todos sus integrantes a partir
de forjar principios y valores mínimos. Es decir, una empresa se
estaría concibiendo hacia una Organización que, administrativamente
hablando, encierra un significado más amplio y complejo.
Desde este enfoque, la Ética puede ser
utilizada como una palanca que permita flexibilizar a las
Organizaciones, para conciliar necesidades económicas y satisfacción
de intereses sociales. La Organización así, reflexiona sobre la
necesidad de respetar un conjunto de valores mínimos para un
desempeño comercial, y ve la oportunidad de acoplar actividades para
ocupar un lugar legítimo. La Organización consolida su legitimidad,
cuando justifica el lugar que ocupa en la sociedad.
La tarea de la Ética puede verse como
un discernimiento de los fines y las acciones empresariales. Como
estas acciones afectan a terceros, que dejarían de tenerse en cuenta
y ya no como simples medios, sino como interlocutores con intereses
que deben ser considerados, en el proceso de toma de decisiones. La
Ética puede quedar reducida a ser un mero instrumento de las
políticas económicas; este es el peligro que se concreta cuando la
imagen es utilizada para imponer productos de dudosa calidad.
La Ética prioriza lo que se entiende
como responsabilidad social de la Organización y recuerda que en su
totalidad, está inmersa en un medio de relaciones humanas; por lo
tanto, en las decisiones deben tenerse en cuenta el impacto de las
mismas. El beneficio económico ya no sirve para justificar la
presencia de la empresa; el servicio a la sociedad en cambio, se
muestra como la posibilidad de legitimidad y, en consecuencia, las
formas organizacionales intentan experimentar un giro hacia un modelo
de integración.
continuar leyendo
continuar leyendo